Bajo este título cuyo origen hace referencia al primer verso de la Divina Comedia de Dante, vuelvo a recuperar el espíritu de los primeros fotogramas para adentrarme en una nueva escenografía. Son fotogramas positivados por contacto de un negativo que elaboro como copia única pues me sigue interesando romper el vínculo de lo reproducible otorgando a cada imagen un valor de individualidad.
En ellos aparece el deseo de horadar el mundo desde la madriguera en el sentido de abandonar una geografía reconocible y excavar lo visto. La mirada hacia la casa/hogar junto a la presencia del árbol o cierta visión de la naturaleza, suponen parte de los elementos o artificios de una puesta en escena metódica que me ayudan a retomar el relato.