En la orilla de la puerta
una bruma embotellada de voces.
Chasquido de cubiertos,
atmósfera en fricción constante
que en las mesas apacigua
la calma versátil de las palabras.
La vieja claridad de la grappa
que traza dibujos sobre el mantel,
propias ruinas
de la nada conversada.
Borrones que se desconchan de la mesa
como esos patios y callejones Romanos
desembalando su piel rojiza,
Tatuado en mi traje espacial de cosmonauta
llevo un nomeolvides
que aborda la inmensidad como un tifossi.
Y salgo a ella
cuando empieza a caer la tarde
y la costra del tiempo
no tiene cordón umbilical.
Simona se quedó con el mantel.
(De: "TELÓN ROMANO")